Siguiendo la idea, en
Argentina me atrevo afirmar entonces, que durante los gobiernos militares y la
democracia “Neoliberal”, un argentino se hacía rico a costa de otro; mientras
que durante el kirchnerismo, sucede justo lo contrario.
Si me permiten reír,
todo es más de lo mismo. Las moscas que merodean cambian, pero el excremento
continúa siendo el mismo. Todo sigue igual. El Statu Quo continúa intocable por
más que cacareen algunos. Por favor, no me tilden de anarquista, simplemente
soy un realista que te muestra lo que sucede más allá de la hipocresía.
Dice Don Vito, en una
de las escenas del Padrino, que un abogado con su maleta puede robar más que
cien armados. Y yo digo que un político puede robar más que cien abogados.
Quizás exageraba, quizás no (pero no faltaba la verdad) Bastiat, cuando decía que el Estado era esa gran falacia que permitía a muchos a vivir a costa de los demás. Hoy es justamente lo que vemos suceder frente a nuestros ojos. Salarios de altos ejecutivos, acomodos, corrupción, y todo ello acompañado de la impunidad como dicta esa vieja costumbre.
Hoy vemos brillar más que nunca el Bienestar de los que están con el Estado (algo parecido a lo que dice el español Pina) o “Estado de Bienestar” como te lo venden, conduciendo el progresismo del dinero ajeno, redistribuyendo la riqueza (en otras palabras, sacándote a vos para quedársela ellos), y llevándose los laureles de estar aplicando una supuesta “Justicia Social” (que sólo ellos la ven) en la cual todos aportamos, menos ellos.
Quizás exageraba, quizás no (pero no faltaba la verdad) Bastiat, cuando decía que el Estado era esa gran falacia que permitía a muchos a vivir a costa de los demás. Hoy es justamente lo que vemos suceder frente a nuestros ojos. Salarios de altos ejecutivos, acomodos, corrupción, y todo ello acompañado de la impunidad como dicta esa vieja costumbre.
Hoy vemos brillar más que nunca el Bienestar de los que están con el Estado (algo parecido a lo que dice el español Pina) o “Estado de Bienestar” como te lo venden, conduciendo el progresismo del dinero ajeno, redistribuyendo la riqueza (en otras palabras, sacándote a vos para quedársela ellos), y llevándose los laureles de estar aplicando una supuesta “Justicia Social” (que sólo ellos la ven) en la cual todos aportamos, menos ellos.
Y como si no fuera
bastante todo este circo, sin demostrar cualquier signo de vergüenza (se lavan
la cara con concreto todas las mañanas), suelen señalarte y tildarte con
adjetivos o insultos cuando uno demuestra con argumentos sólidos no estar
conforme (reaccionar significa estar vivo; lúcido).
Aquellos en quienes
la conducta se presta más a la risa, son los primeros en hablar mal de los
demás, enseña Moliere en su Tartufo.
En fin. Así estamos.
Antes de encerrar
estas reflexiones, recuerdo a Adam (Smith), que sin haber visto nacer la Argentina,
recomendaba que uno nunca guardara todo su dinero en el país en el cuál vive
porque podría pasar algo, y generalmente pasaba.
Insisto, no se
preocupen por el mensajero porque es solamente una opinión, y como decía
Napoleón: no hay que temer a los que tienen otra opinión; sino aquellos que
tienen otra opinión pero son demasiados cobardes para manifestarla.
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