22 de diciembre de 2012

Los hijos del modelo

El gobierno busca desesperadamente un culpable por la ola de saqueos que arrasó a la Argentina, pero solo tiene que mirar al espejo para encontrarlo.

Con precios de soja durante los últimos diez años que no había tenido nunca la Argentina, construyó un modelo que levantó las banderas de la inclusión social, pero que en realidad no incluyó demasiado y en rigor de verdad, tampoco pretendía hacerlo, no por lo menos fuera del discurso, debiendodestruir el Indec y volvierlo mentiroso, para que nadie cuestiones sus maravillosas cifras.


Sin embargo, y pese a la persecución que emprendió a quienes dieran a conocer sus propios índices, la realidad social es harto conocida. Una población en villas de emergencia que creció por encima del 50% durante la era kirchnerista y un índice de pobreza que es prácticamente igual al que existía en el año 1995. Y todo esto reitero, luego de 10 años de bonanza económica.

Parte del enfermo relato pretende justificar el estado actual de cosas señalando que Argentina debe soportar la crisis de “un mundo que se derrumba” (CFK dixit). Sin embargo, la media mundial de crecimiento estimado para el 2012 ronda el 3% anual (tal como históricamente ha sido). Nada se derrumba excepto claro, el “modelo”.

Un modelo que ha sido muy bueno para entregar planes sociales y subsidios, pero muy malo para lograr la verdadera inclusión social: aquella en la que un plan social es transitorio y es remplazado por empleo genuino. Donde una casa precaria en una villa de emergencia es remplazada por una casa digna. Donde una marginalidad alimentada de falta de futuro y posibilidades es remplazada por cultura del trabajo y del progreso. La realidad se impone a sí misma.

Los hechos del 21 de diciembre de 2012 en Argentina fueron protagonizados nada menos que por los hijos del modelo: miles de habitantes que han crecido en ese modelo de marginalidad administrada que plantea el kirchnerismo: el asistencialismo permanente que no da lugar al progreso y solo admite una “acomodada” supervivencia. Villas cada vez más grandes y más inseguras, y con la droga como principal protagonista.

Pero el kirchnerismo es ciego: incapaz de ver sus propios errores, propenso a la paranoia de ver enemigos y conspiraciones en todos lados y, dicho sea de paso, susceptible a fomentarlas. Sería ingenuo pensar que no hubo, aunque sea parcialmente, indignos organizadores de los saqueos. Pero la realidad es que una semilla no crece donde no hay terreno fértil. Y el kirchnerismo ha fertilizado demasiado el terreno.

No esperamos que esta realidad cambie, puesto que el kirchnerismo ha probado hasta el hartazgo que no pretende ni le interesa cambiar nada, solo “profundizar el modelo”. Pero es necesario darse cuenta que en la construcción de una nueva Argentina, con inclusión verdadera, con cultura del trabajo y del esfuerzo, con orden y respeto por la ley, el kirchnerismo no tiene lugar.


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2 comentarios:

  1. 100 saqueadores presos por ir con autos nuevos a llevarse electrodomesticos. No fue hambre, fue organizado por los que le convienen la violencia.

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  2. No se que es peor, la imigración de analfabetos con más derechos que uno o la inundación de la Patagonia por el cajero de un banco pueblerino , imaginemos que Lázaro hizo un cursito de decoración , ay me fui al carajo , me dio de lleno el impakto ambiental.

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